En el gran teatro del mundo “todos sueñan lo
que son,
aunque ninguno lo entiende”.
No estuve presente en el casamiento de mi tío David. Me reservo las razones y el análisis. No fui asistente a ese acto civil que ha quedado reflejado en la fotografía, un día trascendente en la vida del hermano más amable que tuvo nuestra madre, un ser humano que desplegaba amabilidad tras un rostro armonioso y sonriente.
Conozco algo de la historia de estos
personajes de la foto, mucho más de lo que todos juntos supieron, si es que
alguna vez se enteraron, de una milésima parte de lo que pasaba en mi
existencia de adolescente retraído.
Observo un cierto gozo en los novios, con
una sonrisa de esperanza en sus rostros, pensando, tal vez, en los días
venideros, en un contexto de formalidad burocrática, en el cual asoma la
curiosidad de mi tía Yolanda, una mujer bella que por aquellos años todavía no
se había casado.
Corría la década de los cincuenta. Uruguay comenzaba a hundirse, entre el aburrimiento y la ausencia de conciencia social, poco a poco, en el pantano de un subdesarrollo con peculiaridades nacionales, ciertamente diferentes al resto del escenario socio-político de América Latina, en una complejidad sociológica, laboral, cultural y económica que posiblemente no alcanzaron a percibir, por falta de oportunidades, ninguno de los asistentes a dicho acto social, todos ellos miembros activos de la clase obrera uruguaya.
La foto ha congelado un acontecimiento social, más que un acto civil formal en el que contraen matrimonio dos jóvenes apuestos llenos de anhelos. Prueba de ello, es la elegancia de los concurrentes a la ceremonia y la seriedad que por lo visto flotaba en el recinto.
¿Qué es la vida? Un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.
Corría la década de los cincuenta. Uruguay comenzaba a hundirse, entre el aburrimiento y la ausencia de conciencia social, poco a poco, en el pantano de un subdesarrollo con peculiaridades nacionales, ciertamente diferentes al resto del escenario socio-político de América Latina, en una complejidad sociológica, laboral, cultural y económica que posiblemente no alcanzaron a percibir, por falta de oportunidades, ninguno de los asistentes a dicho acto social, todos ellos miembros activos de la clase obrera uruguaya.
La foto ha congelado un acontecimiento social, más que un acto civil formal en el que contraen matrimonio dos jóvenes apuestos llenos de anhelos. Prueba de ello, es la elegancia de los concurrentes a la ceremonia y la seriedad que por lo visto flotaba en el recinto.
¿Qué es la vida? Un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.
NELSON MUÑOZ DÍAZ (Escritor y filósofo )