OTOÑO EN ALBACETE

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Fiesta del Árbol

sábado, 30 de julio de 2016

ANFITEATRO ROMANO DE LAS ARENAS DE ARLÉS ( Provenza, Francia )


Este monumento de época romana situado en la ciudad francesa de Arlés  es también  conocido como Las Arenas (Les Arenes, en francés). Se trata de un anfiteatro, similar y de la misma época constructiva que el que se encuentra en la vecina ciudad de Nimes. En ambos casos se celebraban espectáculos y luchas de gladiadores en los primeros siglos de nuestra era. En la actualidad  se celebran festejos taurinos de los que en el sur de Francia hay una gran tradición.
    La historia del Anfiteatro de Arlés comienza en el siglo I y se construye poco después que el Coliseo de Roma, sobre los años 90, con el cual tiene muchas similitudes constructivas. Su tamaño es más reducido y aún así es  muy considerable, ya que en su interior cabían hasta 20.000 espectadores. Hay mucha polémica sobre su grandiosidad y el lugar que ocupa entre los grandes anfiteatros romanos del mundo. No obstante, no siempre ha sido un recinto exclusivo para espectáculos, ya que durante la Edad Media, el anfiteatro romano de Arlés se transformó en fortaleza y en su interior se construyeron hasta 200 casas y hasta dos capillas para el culto religioso.
Tuvo que ser en el año 1825 cuando se decidió devolverle su aspecto original. Y fue una rehabilitación que impulsó el escritor Prosper Merimée, famoso sobre todo, por su novela que inspiró la ópera Carmen, que, además de  ser un gran literato, también fue un personaje extraordinariamente culto que dominaba varios idiomas, tenía estudios de leyes y, especialmente, era un gran historiador y arqueólogo. Razones por las que promovió la recuperación de Las Arenas de Arlés.
No obstante, tras aquella primera intervención en la recuperación del Anfiteatro, se llevó a cabo una mejor y más profunda restauración. No solamente se recuperó su aspecto original, sino que en el proceso de reconstrucción  se reutilizaron materiales originales. Cuando fue necesario, se  esculpieron  nuevas piezas de piedra extraídas de las mismas canteras romanas, trabajadas con los antiguos criterios y formas como los originales
Visualmente se diferencia claramente la parte original de la  histórica, algo que siempre provoca cierta polémica y que, al mismo  tiempo,  no pretende engañar al visitante con una edificación  de cartón piedra como, desgraciadamente, sucede en tantos lugares.
  Junto a nueve monumentos más de Arlés, el anfiteatro forma parte de listado del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO. Además, al Anfiteatro de Arlés y a su incontestable valor histórico, le suma que  en sí mismo es un  gran motivo de inspiración artística, ya que fue un lugar que pintó en varias ocasiones el pintor holandés Vincent Van Gogh durante su estancia arlesiana. Momento en el que creó algunas de sus obras maestras, como Café de noche o La Casa Amarilla . Su presencia forma parte en la  actualidad de la Ruta Van Gogh por la ciudad.
Ir a Arlés y no visitar el resto de sus monumentos Patrimonio de la Humanidad podría considerarse como un  sacrilegio. Casi con la misma y rotunda  importancia que el anfiteatro, se han de visitar los siguientes monumentos: el Teatro Antiguo, los Criptopórticos ( el Fórum subterráneo), las grandiosas  Termas de Constantino, Les Alyscamps ( necrópolis  romana y paleocristiana  e Iglesia de San Honorato), el Claustro e iglesia de Saint- Trophime, Ia Tour des Morgues, construída al final de S.I antes de Cristo…
Arlés está en la Provenza. Se ha de  pasear por sus calles,  disfrutar de su arquitectura, de los increíbles paseos a lo largo del Ródano y degustar su deliciosa cocina provenzal. Eso sí, si podéis, gozad de todo esto en primavera o en otoño. En verano, las altísimas temperaturas, nada envidiosas de las de Córdoba, os llevarán a “emborracharos” con la bebida de la región, el Mónaco. A mí, en verdad, me encantó y, entre arte y arte, unas buenas jarras de esta refrescante bebida, me alegraron el día.
Y en mi propio beneficio.

José Luis López  Terol
(Arlés, 28 de julio de 2016)









12 comentarios:

  1. Excelsa descripción de los magníficos monumentos de la ciudad de Arlés y que nos invita a pasear por esos magníficos rincones y descubrir su historia y gastronomía...Eres un estupendo embajador😉!

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  2. Excelsas pinceladas de los monumentos y rincones de la histórica Arlés, que incitan a pasear por tan magnífico y lengendario lugar ¡Eres un estupendo embajador��!

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  3. Un excelente artículo sobre esta ciudad romana. Haces honor a sus calles, sus monumentos, su ambiente tan particular. Sin olvidar el ya legendario mónaco. Espero con ansia la próxima entrega.

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  4. Muy agradecido por tu comentario. Deduzco por tus palabras que eres conocedor de esta privilegiada zona, lo cual aporta más valor a tu comentario. De nuevo, muchas gracias.

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  5. Muy bien J L. Yo no he estado y la verdad es que parece bien interesante. Bssss
    Teresa T

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  6. És una interessant descripció d'un monument que hem gaudit en tres ocasions i que ens agrada tant que hi tornarem

    Una abraçada

    Ximo Urenya

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  7. Hace unos días yo le decía al viajero José Luis que leer las descripciones que hace de los lugares que visita es como viajar con él y empaparse de su curiosidad y deseo de conocimiento. Cualquiera puede escribir sobre un lugar, pero cuando lo hace José Luis es porque ese lugar le ha enamorado, le ha impresionado su historia, su arquitectura, su belleza... Es lo que hace con Arlés. Cogerte de la mano y llevarte a través de sus palabras y fotos a compartir su viaje. Me gustan sus palabras cuando describen las piedras cargadas de historia.

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    1. Sé que compartimos la misma curiosidad por tantísimas cosas y temas que nos ofrece la vida. A veces, las tenemos delante de nuestras narices y nos pasan desapercibidas. Simplemente, hemos de saber mirar. Gracias por tu comentario que, como siempre, me es muy gratificante y motivador.

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  8. He estado mirando tus fotografías sobre el Anfiteatro Romano de Las Arenas de la ciudad de Arlés, un trabajo muy interesante que da cuenta de múltiples detalles arquitectónicos, de algunas estructuras de la construcción romana y de una panorámica interna del recinto, una galería de imágenes de valor ilustrativo, gráfico, cultural y didáctico, acompañada de una reflexión, en la que prevalece la intención pedagógica, demostración que agradecemos quienes no hemos tenido la suerte de conocer este testimonio de la historia, un tesoro del siglo I de nuestra era convertido en Patrimonio Cultural de la Humanidad.
    En esta época en la que el hombre se ha perdido a sí mismo intentando dominar a los demás, pretendiendo imponer su visión del mundo, sus dogmas y verdades, en la que demasiadas veces continúa siendo una bestia para sus semejantes (cuestión que parece inherente a nuestra condición histórica), es gratificante saber un poco más de dónde venimos y cuáles son las raíces de nuestra civilización. Es apasionante conocer qué hicieron y cómo vivieron nuestros antepasados remotos, admirar y analizar estas reliquias del arte y la arquitectura, prescindiendo o incluyendo la función que tenían, e intuir los misterios e incógnitas que contienen.
    La presencia solemne de todo este extraordinario patrimonio cultural es parte de un tiempo sembrado de dominación y opresiones, de destrucción y hecatombes humanas, individuales y colectivas, pero es, a la vez, parte de un devenir histórico colmado de creatividad y arte. Es tramo y representación gloriosa de la capacidad creadora que en todas las épocas, incluso en las más siniestras, ha tenido el ser humano.

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    1. Como siempre, Nelson, tu comentario es profundo, analítico y certero. Cualquier obra hecha por el ser humano es un manifiesto de la vida, de los tiempos pretéritos y del presente. Este anfiteatro, como otras grandes y colosales obras de la antigüedad nos hacen cuestionarnos si la evolución
      humana ha ido mejorando con la experiencia que el pasado nos ha dado.
      Lamentablemente la respuesta no puede ser muy optimista. Basta con mirar a nuestro alrededor. Muchas gracias, Nelson.

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