OTOÑO EN ALBACETE

OTOÑO EN ALBACETE
Fiesta del Árbol

sábado, 3 de septiembre de 2011

JOSÉ VIÑALS


(Corralito, Córdoba, Argentina, 1930-Málaga, España, 2009)


De padres españoles, poseía la doble nacionalidad hispano-argentina. Reside en España desde 1979. Su extensa obra literaria abarca los más diversos géneros: poesía, novela, relatos, teatro, ensayo. Ha recibido los premios Nacional de Poesía de Villafranca del Bierzo (León, 2000) e Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma (Segovia, 2000).
   En 1986 el Ayuntamiento de Jaén, provincia en la que residía, publicó sus Poesías reunidas en tres tomos, que contienen, en versión íntegra, los poemarios: Entrevistas con el pájaro, el cual está  considerado hoy  como una obra de culto en el contexto de la postvanguardia lírica de Latinoamérica, Coartada para Dios, Jaula para Juan, 72 lecciones de ignorancia, Telón de boca, Doble concierto de laúd y fémur y Alcoholes y otras substancias. En el año 2000 vieron la luz Milagro a milagro y Transmutaciones en Hiperión y Visor respectivamente. Dos años más tarde publicó El amor, también en Hiperión. He amado  recoge su obra poética desde 1998. Autor de obras como Huellas dactilares, La prosa del bastardo, Milagro a milagro y Prueba de artista.
Poeta de gran influencia en la poesía actual española y latinoamericana.



  (Esta mañana, aún debatiéndome en el laberinto del sueño de Lucrecia*,escuchaba en Radio Nacional de España un programa dedicado a  la literatura. Uno de los escritores que recomendaban y que yo apenas conocía era  José Viñals. Sus poemas son estremecedores, además de comprometidos socialmente.
Quiero compartir  con vosotros éste.
A ver qué os sugiere…)
 * Anoche, en el Teatro Circo de Albacete,  vi a la gran Nuria Espert en  " La violación de Lucrecia" de William Shakespeare.


Cuando acabe la luz…


Cuando acabe la luz.

Cuando acabe el sonido.

Cuando el olor acabe.

Cuando acabe el sabor de los frutos perfectos.

Cuando no sienta la tersura delicada de tu piel de delicia.

Cuando la noche y el alba misma, la tarde y la mañana se hayan cerrado como cajas de amianto.

Cuando el mundo se llene de inaudibles mugidos.

Cuando se calle el ruiseñor y se calle la alondra.

Cuando la pluma fuente no rasguñe el papel.

Cuando lamente el Dios no tener nombre.

Cuando el Libro del Hombre arda en la hoguera.

Cuando el perro esté solo.

Cuando caiga la piedra con inscripciones.

Cuando se palpe la ceniza.

Cuando haya un cofre de madera que nadie quiera abrir.

Cuando lloréis en vuestro cuarto.

Cuando el insomnio llegue y la cruenta vigilia.

Cuando retorne el sueño y regresen los sueños.

Cuando el brote de lirio se anticipe a la brisa. Cuando florezca la caléndula.

Cuando comáis del fruto de la higuera.

Cuando se dore el pan y su sagrado olor se cuele en vuestros huesos.

Cuando corran nuevamente los ríos del asombro.

Cuando el sol se deslice por tu cuerpo absoluto.

Cuando se escuche en el silencio el rumor de la noche.

Cuando el amor y sus renuevos.

Cuando la paz del alma.

Cuando el olvido.

Cuando el vino.

Cuando olvide el olvido.

(José Viñals de Mi ritrovai per una selva oscura)

José Luis López Terol

4 comentarios:

  1. Muy sugestivo, es el tipo de poesía que me gusta, aunque no tengo elementos para definirla. Gracias, no lo conocía.

    ResponderEliminar
  2. Un poema sobre -pienso yo- sobre el fin de las cosas, que curiosamente, transmite paz. Muy bonito, gracias por descubirnos a ese gran poeta.

    ResponderEliminar
  3. Aunque abusa del artificio de la anáfora, el autor consigue efectos sonoros y proteger su mensaje de la fragmentación irracional, al remarcar la idea del ser sujeto a la tiranía del tiempo, a los vínculos efímeros, a los percances, a las circunstancias, a la eventualidad de las horas y a la adversidad y el sortilegio.

    Sin lugar a dudas, estamos ante un poema que derrocha metáforas sobre la incertidumbre, sobre una posibilidad temporal recalcada en cada uno de los versos, porque todas las expresiones permanecen abiertas y sin remate, leales a la contingencia, libradas al azar y a un transcurso que huye del presente.

    ResponderEliminar
  4. Creo que el poeta no abusa de la anáfora. Más bien, gracias a ella, consigue un lenguaje introductor de un "cuando profético", un aviso, una alerta que nos lleva , cómo él tan bien poetiza al final, al "olvido del olvido". La no existencia fundamentada en el recuerdo perdido es una magistral forma de representar y presagiar la muerte que nos acecha. O sea, la nada.
    Cada vez que vuelvo a releer el poema, más siento su profundidad y belleza

    ResponderEliminar